Opinión
Por
  • TOMÁS MOYANO BONEL (JOTERO)

Oscenses que dejan huella: Saura y Ciria

La ciudad de Surat Thani en el sur de Tailandia es un lugar de una tranquilidad pasmosa, aunque no tan aislada como uno pudiera suponer. Pues bien, amables lectores y amigo Críspulo, gracias al milagro de internet desde la Tailandia profunda he disfrutado leyendo en DIARIO DEL ALTOARAGÓN de Huesca del día 12 de enero pasado, la crónica del homenaje al cineasta Saura. La ciudad de Huesca rindió un sincero y agradecido homenaje al director Carlos Saura, quien se vuelca con su ciudad y con la jota. El auditorio del Palacio de Congresos ya lleva el nombre del cineasta y así lo atestigua una placa a la entrada del recinto. En dicho acto nuestro oscense tuvo la oportunidad de oír y ver bailar la jota precisamente por bailadores protagonistas de una de sus películas sobre la jota: Alejandro Alonso y Sandra Galino. También intervino otro de los grandes protagonistas de la citada cinta, Roberto Ciria y su compañía Osca. Saura, al oír cantar a Ciria tres jotas, una de las cuales fue "S"ha feito de nuey", comentó "lo que yo daría por cantar como este amigo". Y también la mayoría de nosotros, aspirantes a joteros, pero mejor no, puesto que se saturaría el mundo de la jota y de la lírica y solo puede haber un Roberto Ciria. Saura recordó su ascendencia oscense y esa misma mañana, en el salón del trono del Palacio de los Reyes de Aragón, tuvo la presentación del libro "El Aragón de Saura", donde el polifacético realizador muestra fotos e ilustraciones de los paisajes más reconocibles de la comunidad, como la Basílica del Pilar o el Parque Nacional de Ordesa. Después del acto, en el auditorio del Palacio de Congresos, se estrenó la obra "El coronel no tiene quien le escriba", que es una adaptación por Saura de la novela homónima de Gabriel García Márquez. Es indudable que los habitantes de Huesca junto con su alcalde vibraron de emoción y gran cariño, el merecido homenaje al cineasta, hombre de teatro, realizador de varias óperas y un largo y fructífero recorrido artístico. Pues bien, en un intento fallido de echar por tierra lo anterior, un insensible que se define como "la mosca cojonera", escupe lo siguiente: "Carlos Saura es un tanto simplón, instalado en el costumbrismo, en el tópico y en el baturrismo, la Basílica del Pilar, la jota, sólo le falta el Rosario de Cristal y los adoquines de la plaza del Pilar". Y qué, mosca desgraciada, la mejor manera de apreciar Aragón es precisamente por sus peculiaridades de toda la vida, distintas de las demás comunidades: la jota tanto cantada como bailada, el carácter aragonés forjado en los valles pirenaicos y en la sequedad de los Monegros, en su amor por el Pilar y el homenaje del 12 de octubre. Es muy poco acertado denigrar con el consabido baturrismo/costumbrismo como tópico, quienes con acierto ensalzan de alguna manera artística dichas cualidades propias de Aragón.