Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Belleza y reivindicación de Roda de Isábena

E L RECONOCIMIENTO a Roda de Isábena como uno de los pueblos más bonitos de España constituye un hito más dentro de un mundo rural altoaragonés no solo resiliente ante las modernas arremetidas de las tendencias urbanistas, sino que además ha sido capaz de edificar unos conjuntos apropiados para el orgullo de quienes allí alojan sus raíces y propicios para el deleite de sus visitantes.

Integrarse dentro de este selecto club de pequeños núcleos de España supone una reivindicación no solo de su posible vitalidad actual, sino además del legado desde tiempos ancestrales de una forma de hacer basada tanto en la ética como en la estética. Un amor por las propias esencias e identidades expresado a través del esfuerzo, de la pulcritud y de la creatividad. El desprendimiento de nuestros antepasados representa un activo sobre el que nosotros practicamos la convivencia, y que ha de ser además el compromiso para entregar a quienes nos sucederán nuestros pueblos y nuestro entorno en las mejores condiciones y en su integridad.

Roda de Isábena es el pueblo más pequeño de España con un complejo catedralicio, cuya conservación responde a las maravillosas prácticas de personas con nombre propio y a la voluntad de sus habitantes de perpetuar a través de las piedras de su arquitectura singular una personalidad admirable.

El buen gusto cincelado a lo largo de siglos de construcción de Roda de Isábena merece no solo un premio, no solo un tributo sino, fundamentalmente, la seguridad de que todos estamos concernidos en su proyección.

Es la mínima correspondencia que debemos a quienes tanto nos han ofrecido y a quienes tanto nos agasajan.