Opinión
Por
  • JOSÉ SÁ

Hechos son amores

Cada día está más claro, hay personas que van de país en país mendigando, de ciudad en ciudad pidiendo favores y haciendo amistades "que hay que pagarlas, claro", es un lastre que sale caro. Dice que a un administrador le pidió su señor ajustar cuentas y como no tenía con qué pagar pensó granjearse con los más necesitados, con los que a él le debían; les reunió y les dijo: pagadme la mitad de lo que me debéis para que yo pueda pagar lo que debo. Este administrador sagaz pensó, si me echan a la calle ya tendré donde ir a pedir. Pues esto es lo que nos está pasando actualmente en nuestro país, así de "pinchos", pedimos y Dios dirá, total pueden venir otros... Ajo y agua. Yo, cuando con 18 años iba de comprar ganado, me decía mi madre: cuando necesites dinero te vas al banco, te saldrá más barato, si vas al amigo y te va mal te criticará y si te va bien te envidiará, qué pensamientos más juiciosos. Los viejos ya tenían la experiencia, así avanzaban nuestros padres, ahora cambian las cosas a tanta velocidad que nuestros juicios no se parecen en nada a los de aquellos años. Uno antiguo: "compra en casa y vende en casa y harás casa" o, "el buen paño en el arca se vende". Recuerdo cuando en varios comercios de ropa en Huesca había gente de los pueblos mayormente, que compraba ropa que pagaban después de vender sus cosechas, sin facturas, sin papeles. Qué añoranzas, qué cambios. Leía estos días por esto de la desconfianza, el barrio más violento lo tenemos en la televisión, nunca ha habido una buena guerra ni una mala paz. Hoy estamos preocupados. Oiga usted, escucha esas ridiculeces que dicen en la radio: "Cariño, ¿te das cuenta de que los vecinos están poniendo un alarma para que no les roben Pues yo quiero una también. Dios, qué ridiculeces oímos cien veces al día, qué envidias, hoy no hay tontos, hay caraduras con pocas obligaciones. Y es que nada va bien en una nación en donde las palabras contradicen a los hechos. O sea, en España, la política.