Opinión
Por
  • TEÓFILO MARCO ESTELLA

Escuchar y retener

Si uno escucha y retiene lo que le dicen es, según un dicho anónimo, "un buen negocio", porque acaparamos cosas que nos serán útiles en la vida, en la convivencia con los demás ciudadanos. Y si es importante escuchar y retener lo que nos dicen los hombres, nuestros iguales, también lo es escuchar y retener lo que nos dice Dios, nuestro creador, ya que estamos hechos a su imagen y semejanza.

En la Biblia se lee que el profeta Jeremías (VIII, 7), hace un reproche al pueblo de Israel: "en el cielo, la cigüeña conoce su estación; la tórtola, la golondrina y la grulla conocen los plazos de sus migraciones: pero mi pueblo ignora voluntariamente los juicios de Yahvé". Opino que algunos de los políticos y hombres públicos en el gran ámbito de la sociedad, ignoran a Dios. Tal vez por ello no se preocupan mucho de las necesidades cotidianas de los demás ciudadanos necesitados. Si unos y otros ignoramos el Mandamiento nuevo de Jesucristo, Dios y hombre verdadero, que nos dice: "esto os mando: que os améis unos a otros" (Evg. J. 15,17). Pues, entonces la convivencia en paz y en bienestar es más difícil de vivirla aunque algún medio se ponga para ello, ya que al decir del poeta Rubén Darío: "¡Y, pues contáis con todo, falta una cosa: Dios!".

Parece que ciertos políticos y hombres públicos no quieren oír hablar de Dios, ni desean escuchar su voz y Dios habla de muchas maneras, por eso Pío Baroja escribió: "Dios murmura en la cascada y canta en el poeta". Y así como a veces no sabemos escuchar a los hombres, también no sabemos o no queremos escuchar a Dios.

Escribió Voltaire: "Si Dios no existiese sería preciso inventarlo". Voltaire sentía verdadera predilección por este verso y lo citaba con frecuencia. La humanidad necesita de Dios, porque en el interior profundo del ser humano hay una necesidad de Él para hallar paz, justicia y libertad. Los hombres que no aman estas cosas no desean a Dios, pues, sin Dios todo está permitido, han dicho algunos.