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  • Diario del Altoaragón

Tasa de criminalidad, factor competitivo

No es preciso acudir a los casos más extremos para entender que la tasa de criminalidad, cuando está controlada, es un factor de competitividad de todo un territorio, de una sociedad. En los países más extremos en cuanto a delincuencia, la complejidad de la convivencia repercute negativamente en todo tipo de desarrollos, desde el social hasta el económico, pasando por el cultural. Allí donde hay riesgo, difícilmente se puede producir un progreso natural porque la actividad se tiñe de temor y, consecuentemente, tiende a la paralización. Incluso en el ámbito nacional, la mejor muestra es la remembranza de lo que sucedió en diferentes espacios en los "años de plomo". La tranquilidad y la paz son, pues, los mejores garantes de la evolución de una comunidad en los parámetros que tan sólo el trabajo y el talento han de definir.

La provincia de Huesca ha visto disminuir en el primer trimestre la tasa de criminalidad hasta el punto de que se ha colocado 23 puntos por debajo de la media nacional. Quiere esto decir que el Alto Aragón avanza en el terreno de la seguridad y, consecuentemente, es atractivo para el asentamiento de personas, de empresas y de colectivos que aprecian este factor como uno de los más importantes a la hora de establecerse. También implica que, afortunadamente, por la vía de la disuasión o de la represión, la eficiencia de las estructuras de garantía de la paz y frente a la violencia es ejemplar. Y hay otra variable que no conviene olvidar: y es que los niveles de convivencia son tan admirables que nuestro territorio es un escenario muy idóneo para la armonía en las relaciones entre personas. En medio de las dificultades y de fenómenos violentos en otros espacios, la estadística acompaña al dibujo de una tierra atractiva.

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