Opinión
Por
  • VICENTE FRANCO GIL

Distinguir el orgullo

Cuando se celebra el día del orgullo gay (hablamos del Estado español) se "obliga" a los edificios institucionales a exhibir en sus fachadas distintivos que muestren la evocación referente a dicho acontecimiento. Incluso se protesta si el tamaño y/o la ubicación de los distintivos no se adecuan según estime el colectivo LGTBI. España es un país democrático que propugna la libertad y la igualdad sin que prevalezca la discriminación por alguna razón de raza, sexo, opinión u otra condición personal o social. Por ello, como demócrata, me gustaría que en el día del padre, de la madre, de la mujer, de la lactancia materna, del rock, del agua, de las abejas, del atún, de las aves migratorias, de las familias, de la paz, del reciclaje, de los parques naturales, de la epilepsia, del cáncer, de la nutrición o de las víctimas del terrorismo, entre otros días distinguidos, también se "obligase" a exhibir distintivos en los edificios institucionales que recordaran tan ilustres días. La razón es que igualmente es un orgullo rendir homenaje a esa prolija variedad de celebraciones que se encuentran en el calendario de los días internacionales y mundiales que tanto Naciones Unidas como otros organismos notorios han acordado. Que unos eventos repiquen tanto y otros tan poco favorece, de alguna forma, la arbitrariedad de los poderes públicos, un abuso que nuestra Constitución no garantiza.