Opinión
Por
  • TEÓFILO MARCO ESTELLA

Calor y pudor

No sé quién es Isabel de Salas, he leído un escrito suyo en el Dominical Iglesia en Aragón (7-7-2019) que me ha gustado mucho por claro y valiente. Si lo escribe un hombre, por parte de algún colectivo, ¡la que le cae encima! Copio algo de su escrito: "Calor y pudor. Sí, han oído bien: pudor, esa palabra que parece desaparecida del diccionario y que solo mentarla hace que te califiquen de retrógrado y talibán. Lo que representa (el pudor) es bueno y ello porque no es, ni más ni menos, que la guarda de la intimidad". Bien, Isabel, claro y valiente.

Dice una jota aragonesa: "Hasta los santos se alegran de ver una cara bella, al ver que Dios ha creado serafines en la tierra." ¡Casi nada! Una cara bella de mujer comparada con un serafín, pues de los nueve coros de ángeles que existen creados por Dios, todos van subiendo en perfección: ángeles, arcángeles, principados, potestades, dominaciones, virtudes, tronos, querubines y serafines. En la Biblia aparecen varias veces ejecutando alguna misión que Dios les manda hacer.

Hay algunas mujeres musulmanas que poco enseñan su bella cara, ¡una pena! y hay algunas mujeres occidentales (por contraste) que enseñan hasta el ombligo. Por eso Isabel de Salas dice en el escrito mencionado: "Con la llegada del calor la moda grita a los jóvenes ¡ropa fuera! La falta de pudor es un hecho y eso hace menos libre a quien así se comporta porque pierde el control sobre lo que exhiben, pues solo se es dueño de lo que se guarda. La dignidad del cuerpo y nobleza está fuera de duda. Pero hay determinadas partes del cuerpo de contenido sexual que debemos de preservar de la mirada ajena para poder entregarlos a quien corresponda, en el ámbito de intimidad y como expresión de amor. Este ámbito es el matrimonio, donde los dos nos hacemos una solo carne".

¡Gracias, Isabel de Salas!, a quien no tengo el gusto de conocer, por lo que ha dicho con claridad y valentía.