Opinión
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  • CÁMARA AGRARIA PROVINCIAL DEL ALTO ARAGÓN

En defensa del agricultor, el ganadero y el medio rural

Desde la Cámara Agraria Provincial del Alto Aragón queremos expresar, mediante este comunicado, nuestro malestar y la profunda preocupación que suscitan los acontecimientos, decisiones y noticias que vienen apareciendo en los medios en estos últimos meses. No deja de sorprendernos que, en estos tiempos en los que la consigna de la "España Vaciada" llena titulares y artículos, se esté dinamitando con auténtica saña los mecanismos que permitirían combatir una despoblación que, en provincias como la nuestra, se encuentra en muchos municipios en un estado terminal. Mientras se defiende el medio rural como alternativa necesaria y real a la vida acelerada y estresante de las ciudades, al mismo tiempo se priva de manera sistemática al habitante de ese mismo medio de las herramientas con las que lograr su subsistencia. Es imposible sobrevivir sin una actividad económica viable, y en la España rural tan llena de oportunidades y tan falta de personas, esta actividad pasa de manera inevitable por la agricultura y la ganadería.

Parecería lógico suponer que dado el supuesto interés de la sociedad por repoblar esos parajes rurales largo tiempo abandonados, se fomentara y facilitara las labores que, ligadas de manera histórica tanto al cultivo de los campos como al cuidado de los animales, permiten a la gentes de nuestros pueblos permanecer en ellos llevando una vida digna. Muy al contrario, apreciamos una campaña de descrédito que roza el acoso y derribo contra un sector cuya actividad viene a garantizar uno de los aspectos más vitales del ser humano: la alimentación. Encontramos día sí, día también, noticias acerca de turistas de fin de semana indignados con el canto de un gallo o con el olor que el ganado deja en las calles del pueblo en el que tienen alojamiento; plataformas de vecinos cuya vida laboral es totalmente ajena a la actividad económica real del pueblo en el que habitan, lanzando cruzadas contra la instalación de granjas debido a las molestias que producen; la legislación, garante de la excelente calidad de unos productos cuya trazabilidad llega a las más embrionarias instancias del proceso, acaba por convertirse, en manos de la administración, en una auditoria continua tan exhaustiva y burocrática que roza lo insostenible; el problema ya endémico del sector donde el precio del producto se mantiene congelado desde hace décadas, y en el que los inputs no paran de encarecerse; los estudios de dudosa procedencia que colocan a la carne como uno de los principales causantes de muchos de los males de esta sociedad y del ser humano; la regulación de nuestros ríos, tan necesarios en estos tiempos de pluviosidad estacionaria, es poco menos que una quimera abortada continuamente desde lugares en los que nunca falta el agua; se culpa a la agroindustria del cambio climático olvidando el problema que supone la aviación o la industria pesada a nivel mundial… Los ejemplos son abundantes y continuos.

Desde esta entidad centenaria, que a pesar de ser historia viva del agro de nuestra provincia está viendo cómo su pospuesto final es un rosario de inacciones y olvido, queremos hacer un llamamiento a la cordura y a la sensatez. La España Vaciada se seguirá vaciando si los habitantes que en ella todavía resisten ven como imposible el desarrollo de una actividad económica relacionada con la agricultura o la ganadería. Olvidamos que el agricultor es el principal garante del medio, ya que en él se encuentra su futuro, y que sin el agricultor lo rural está abocado al abandono con los múltiples problemas que ello conlleva. La defensa de la naturaleza es uno de los estandartes del verdadero agricultor, que no quiere otra cosa que vivir de manera sostenible del campo, integrado con su entorno, dando vida a todos esos pueblos que, poco a poco, mueren por culpa del auge de las ciudades. Parece casi obsceno poner trabas a la producción alimentaria en este mundo en el que gran parte de su población se muere de hambre, y la Cámara Agraria Provincial quiere romper una lanza en defensa del agricultor, del ganadero, del medio rural y en contra de esta moda pujante en la que el sector primario, vital para la supervivencia en todos los sentidos, está siendo demonizado hasta niveles intolerables.