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  • Diario del Altoaragón

Un nuevo curso con menos incorporaciones

Un nuevo curso fue presentado ayer con el mal dato para la provincia de Huesca de que ha disminuido el número de incorporaciones de 3 años a las aulas, nada menos que siete puntos porcentuales menos que contrastan con los casi cinco más de Teruel y el descenso de menos de tres en Zaragoza. No es una buena noticia por las implicaciones demográficas que conlleva, aunque el dramatismo de la realidad poblacional es reversible si nuestra provincia fuere capaz de mejorar su actividad y dinamismo en sucesivos ejercicios.

Precisamente, en esos más de 18.000 niños que se van a incorporar a las aulas a lo largo de las próximas fechas reside buena parte de las esperanzas de nuestra tierra, en ellos y en el profesorado que ha de ser capaz, bien dotado de recursos y convenientemente estimulado en el que sin lugar a dudas es el oficio más trascendental de cuantos se efectúan en una sociedad, de aportar a los estudiantes los mejores conocimientos, valores y actitudes para que su desempeño en la vida sea fructífero para ellos y, sobre todo, para la comunidad en la que se desenvuelvan en un porvenir que es ignoto. La vertiginosa evolución tecnológica y en los hábitos impide vaticinar por dónde irán las futuras profesiones, arraigadas a la digitalización, a procesos insospechados e incluso a la relación entre los hombres y las máquinas en morfologías que no alcanzamos a adivinar.

La profundización en el manejo de distintos idiomas es un pilar básico, como lo es el de la innovación que paulatinamente se va introduciendo en las escuelas porque ha de dar las respuestas a los cambios a través de los cuales se edificará una calidad de vida para las generaciones venideras. Y una premisa básica: inculcar las virtudes para ser mejores personas.

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