Opinión
Por
  • Diario del Altoaragón

El peligro populista en Reino Unido

R EINO Unido es un país cuya trayectoria democrática es tan asentada en viejas y sólidas raíces que no merece la sucesión de dirigentes que ha padecido y, sobre todo, la que se avecina. La nación con la constitución consuetudinaria más antigua de Europa ha dado a lo largo de su historia muestras de coherencia ante todos los acontecimientos mundiales en los que, fiel a su espíritu expansivo, ha participado, algunos de ellos lóbregos para el devenir de la humanidad. En el padecimiento del continente, ha sido solidario a pesar de la insularidad que no ha de ser un obstáculo ni una brecha, especialmente en tiempos como los actuales en los que las comunicaciones ya no se circunscriben a los viejos cauces de la tierra, el mar y el aire.

Definitivamente, con la suspensión del Parlamento por parte de la monarca a petición del histriónico Boris Johnson, ha traspasado una línea roja inconcebible e incongruente con su trascendencia durante siglos. El Brexit ha sacado lo peor de la política hasta el punto de que nos hallamos ante un indisimulado populismo que se caracteriza por la ocultación de la realidad y las consecuencias, así como por la negativa a aceptar que el abandono de la Unión Europea a la que tan decisivamente ha contribuido representa una irresponsabilidad que debilita al propio país y al conjunto de la comunidad, en un momento de multilateralidad en la que está comprometida la posibilidad de que tenga el rol tradicional por el que ha extendido los derechos humanos y la democracia por buena parte del mundo. A esa opción está renegando Boris Johnson y ahora busca un refrendo a su disparatada pretensión con un atajo inaudito para el Reino Unido. En estos momentos, su ejemplaridad se ha desplazado al bando de la desunión y del daño innecesario.

Diario del AltoAragón