Opinión
Por
  • TEÓFILO MARCO ESTELLA

Matrimonio en armonía

Sucedió en un pueblo de Aragón: el día de la boda de unos novios conocidos míos, en el banquete nupcial el novio le cantó a la novia, lo hacia muy bien, esta jota: "El día que estés enferma y no tenga nada pá darte, yo te daré de mis venas sangre para alimentarte." No hubo necesidad de hacerlo. Porque mi conocido, ya fallecido, día a día se entregó a su mujer en cuerpo y alma para que su matrimonio fuese una convivencia en paz y en conformidad, en prosperidad y armonía.

Dice la Biblia (Ecc,25, 1,2): "En tres cosas se complace mi alma, hermosas ante Dios y ante los hombres: La concordia entre hermanos, la amistad entre prójimos y la armonía entre mujer y marido." Cuando un hombre maltrata a su mujer y hasta llega a matarla, tal vez sea porque se pierde la paciencia y el vicio capital de la ira explota. Si uno mitiga la ira, con la paciencia, gobierna la disciplina, contiene el ímpetu de la pasión, reprime la violencia del orgullo, extingue el fuego de la discordia y a la lengua la frena? En el matrimonio hay que tener en cuenta que, una palabra malsonante, mal dicha, un gesto inadecuado de repulsa y una burla, pueden ser la chispa que enciende el horno de la ira, así el corazón palpita fuertemente y tiembla todo el cuerpo, la lengua se traba, el rostro echa fuego, los ojos se exasperan, se profieren gritos y la razón ignora lo que se dice, y así se llega a realizar lo peor: matar a un ser humano.