Opinión
Por
  • Antonio Nadal Pería

El bledo

A Javier Lambán se le ha acusado desde Cataluña de persecución ideológica por la destitución de Bruno Pérez como director general de Administración Electrónica y Sociedad de la Información por aparecer en unas imágenes junto a una bandera independentista catalana formada por velas. El presidente aragonés contestó con que le importa "un bledo" lo que piensen en Cataluña. Javier Lambán y todos quienes usen esta expresión deberían valorar más al bledo y no utilizarlo para expresar que algo no les importa nada. Se trata de una planta comestible, deliciosa y nutricional, rica en fibra, de un sabor parecido al de las espinacas; una especie herbácea que aporta una gran cantidad de proteínas al organismo. Más virtudes: previene la descalcificación ósea, actúa como oxigenante en el cerebro, mejora el sistema digestivo y controla la flora bacteriana. Que sea una verdura poco apreciada que no se suele comercializar es el origen de tamaña tontería de expresión ("me importa un bledo"), fruto de la ignorancia. Más nos tendría que importar el bledo y evitar nombrarlo para querer decir que algo no nos importa nada. Debería hacerse una intensa campaña a favor del bledo y que los agricultores se animasen a cultivarlo. Además, para rematar su conveniencia, no existen datos sobre toxicidad de esta planta. Hay otras plantas comestibles que gozan de mayor aceptación y popularidad, como son la albahaca, el perejil, el romero, la acelga, la lechuga, la salvia y el tomillo, de las que el bledo nada tiene que envidiar. Sin embargo, nadie dice "esto me importa un perejil, un romero, una acelga, una lechuga o un tomillo". Ahora se ha puesto de moda la quinoa, una semilla que aporta unos cuantos beneficios, entre ellos ácidos Omega 6 y Omega 3. La FAO designó el 2013 año internacional de la quinoa. Pues a nadie se le ocurre decir "me importa una quinoa" para expresar que algo no le importa nada. También se utiliza injustamente la expresión "me importa un pepino o un rábano" para decir lo mismo. Para esto habría que utilizar el nombre de productos que aportan calorías pero no nutrientes como vitaminas, proteínas o minerales. Hay varios que consumimos a diario: bebidas carbónicas, alcohólicas (excepto vino, cerveza y sidra), golosinas. Pero nadie dice "esto me importa una golosina".