Opinión
Por
  • Venancio Rodríguez Sanz

El arte es inútil

A fines del siglo XIX Oscar Wilde dijo: "Todo arte es completamente inútil". La palabra útil es sinónimo de herramienta, de medio para un fin. Toda vez que algo es útil, lo es para un fin determinado, de modo que su importancia va a estar dada en función de ese fin. Nada puede ser útil en sí mismo; una vez perdido el interés por un fin determinado. Existen, entonces dos categorías de lo inútil; la de aquello que fue creado para ser útil y no lo es y la de aquello que, como el arte, es creado para ser un fin en sí mismo. ¿Qué es, entonces, un fin en sí mismo Un fin en sí mismo es algo que tiene valor por la simple razón de que se lo otorgamos, sin importar si está supeditado a un fin ulterior. La vida misma es el bien en sí mismo por antonomasia, puesto que no está supeditada a ningún fin ulterior. No se trata de despreciar los objetos útiles. Como dijimos, cumplen una función, y un hombre sensato se preocupa por obtenerlos. El arte, el amor, la amistad, no cumplen funciones económicas y sociales, no están supeditados a nada, son valiosos en sí mismos; no deben, no necesitan ser justificados. Por el contrario, son la economía, los bancos y los estadistas los que deben justificar a cada momento su existencia, los que deben servir, en tanto entes útiles, al desarrollo de un pueblo. Nada es artístico sin volverse previamente inútil. Prueba de eso es la idea misma del Museo, en donde un objeto determinado es separado de su interrelación con el mundo, es decir, es guarecido de toda posible función práctica.