Opinión
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  • PASCUAL ASCASO

Vaya tropa

Al comienzo de un nuevo curso institucional, aunque con un gobierno en funciones que parece que vino para quedarse, comienza también el esclarecimiento judicial del caso Púnica por la financiación ilegal del PP entre los años 2004 y 2014, por lo menos, y en la que Esperanza Aguirre, supuestamente, fue la ideóloga y supervisora del asunto y Cristina Cifuentes su alumna aventajada, no en másteres, a la que se le atribuyen haber cometido, supuestamente, una decena de delitos de corrupción y el de organización criminal, ahí es nada. Más de setenta investigados hasta el momento suman la trama. Vaya tropa.

Si la habilidad política de muchos de los integrantes de las filas políticas de turno fuera tan extraordinaria en el menester político para el que fueron elegidos, como lo son en las tramas de la corrupción, otro pelo le luciría a este país. Pero esto desgraciadamente no sucede así, sino más bien al contrario la corrupción se lleva la palma y como consecuencia de ello el desgobierno y la no solución de los problemas de los ciudadanos que encerrados están en el baúl de los recuerdos. Este es el pan nuestro de cada día.

Es muy lamentable que la política siempre tenga que oler a podrido porque nunca faltan expertos que la corrompen en beneficio propio, del partido o de ambos a la vez, perjudicando a quienes siempre esperan, lamentablemente, ilusamente. Y es que se van unos pero llegan otros con las mismas ambiciones putrefactas e indeseadas. El virus no desaparece y el contagio se produce de forma automática y espontánea.

Ante este panorama, al ciudadano solo le queda enfadarse, desmoralizarse y patalear; aún a sabiendas de que esto no le sirve de nada.

Preveo que a la vuelta de la esquina tendremos unas nuevas elecciones que, como siempre, de nada servirán para cambiar el panorama desalentador que padecemos, porque entre quien entre, indeseados no van a faltar. Lo sabemos por experiencia.