Opinión
Por
  • Diario del Altoaragón

Movilidad en convivencia

La Semana de la Movilidad tuvo un preludio muy oportuno con la Marcha por la Seguridad Vial organizada por el Club Ciclista Oscense y la Diputación Provincial de Huesca, cuyo mensaje fundamental es nítido y edificante: el respeto ha de ser la base de la convivencia entre todos los formatos de transporte. Si está en el debate esta problemática, se debe a que los modos de desplazamiento están en una evolución permanente, desde los tradicionales en carretera hasta las nuevas modalidades en las ciudades, en las que la coexistencia ante determinados ingenios –léase patinetes entre otros- adquiere una complejidad creciente para congraciar los derechos de los viandantes y de los usuarios de cualesquiera vehículos que pululan por sus calles.

Obviamente, uno de los principales desafíos es el de garantizar las certezas de los ciclistas en la práctica de su deporte en las carreteras y también en los caminos, donde se enfrentan a imprudencias de conductores de coches o también a las negligencias de propietarios de animales que los dejan sueltos, entre otras casuísticas. En este sentido, las estadísticas constatan que la situación mejora progresivamente, e incluso hay una mayor conciencia de la necesidad de cumplir las prescripciones de las normativas de tráfico. Sin embargo, el gran reto es lograr la educación para que haya una verdadera concordia sobre el sustento de ese gran baluarte de la sociedad que es la seguridad, un valor imprescindible para la efectividad de todas las libertades y de la armonía en la relación entre los ciudadanos, circulen sobre cualesquiera ruedas que determinen en su libre albedrío. Si abrazamos ese compromiso, la movilidad será gratificante y fructífera.