Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Ayerbe, paradigma de proactividad

Sufrió Ayerbe hace lustros todos los obstáculos para su desarrollo como para haberse rendido y dejar que la inercia marcara un progresivo declive. Las decisiones sobre comunicaciones le condenaban a la abulia frente a otras zonas favorecidas -legítima y deseablemente- por la batuta de la delineación que hacía coincidir las vías rápidas con sus localidades. Y, sin embargo, este área del Prepirineo asumió la consciencia de sus posibilidades intrínsecas, dio muchos pasos hacia delante y se comportó con una proactividad que le ha proyectado hacia las preferencias de los visitantes y los deseos de incorporación a su tejido social y económico de no pocos emprendedores. Hoy, Ayerbe es Reino de los Mallos, es micología, es Ramón y Cajal, es artesanía, es gastronomía, es excelencia, es tradición y es vanguardia. Como si el reloj de su identificativa Torre uniera el pretérito con el porvenir en una continuidad virtuosa que expresa el carácter de sus habitantes.

La Feria de Alternativas Rurales del Prepirineo, que brotó hace veinticuatro años con humildad y altura de miras, se ha convertido en una referencia de los cuatro agentes que conforman una mesa sólida, resistente y creativa: las instituciones, los visitantes, los ayerbenses en el exterior y los propios residentes. Constituye una obligación -aviso a navegantes para todos los acontecimientos que se celebran en la provincia- contar primero con los propios porque, de lo contrario, su olvido sería el principio de una apatía contagiosa. No es el caso. Ayerbe vive con intensidad el retrato de su personalidad y de sus oportunidades, pero sobre todo la apuesta que va más allá de la sostenibilidad para emplearse en la resiliencia de recuperar terreno frente a los viejos augurios vencidos por la voluntad común. Enhorabuena.