Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Teatro en permanente creación

La línea del escenario no se detiene en Huesca gracias a acontecimientos como la Feria Internacional de Teatro y Danza, que cumple sus 33 años y se concentra en los nuevos lenguajes, aceleración en la vanguardia que se corresponde con la propia evolución natural del ciclo y con la propia voluntad irreductible y loable de su director, Luis Lles, de introducir permanentemente las tendencias más actuales e incluso aquellas que van a formar parte del futuro de la programación en los espacios dramatúrgicos, de la danza, del circo o de cualquier género asociado a esta apuesta.

Las performances, en su transversalidad, simbolizan con su protagonismo esta edición en la que la transgresión será una parte indisoluble de su valor para conseguir la atracción de nuevas generaciones de amantes del teatro junto a aquellos que, familiarizados con las expresiones tradicionales, quieren penetrar en las manifestaciones más novedosas.

En realidad, la audacia ha sido uno de los ingredientes que ha insuflado competitividad y magnetismo a la Feria de Teatro y Danza, nacida al servicio de los programadores -diferenciación, por cierto, que es positiva- para posteriormente transitar hacia la búsqueda del público interno y externo hasta conseguir que los amantes de estas artes sintieran la necesidad de aprovechar una oportunidad magnífica para conocer lo mejor de la producción nacional e internacional. En la búsqueda de la singularidad, la heterodoxia ha sido un factor con el que la limitación de recursos se ha erigido en una virtud gracias a la imaginación, la observación y el rigor con el que se han conducido los respectivos directores. Desde ayer, treinta espectáculos de cuatro países convierten la ciudad de Huesca en un magno escenario que vive teatro, que baila danza, que se transforma, que ríe y que admira.