Opinión
Por
  • VENANCIO RODRÍGUEZ SANZ

La vergüenza es incompatible con la gratitud

Hoy quiero hablar de uno de los sectores más sensibles de nuestra sociedad. Hoy quiero hablar de un grupo de personas que son el sostén de una de las instituciones más importantes... Hoy quiero hablar del sacrificio, de la austeridad, de las privaciones, del trabajo duro, de la entrega silenciosa. Hoy quiero hablar de la ingratitud. Hoy voy a hablar de los pensionistas y de lo mal que se comporta con ellos la Administración Pública. ¿No les parece que ya está bien? Después de toda una vida de sacrificio, ¿no creen que se han ganado el sosiego de una jubilación sin incertidumbres económicas? Cuando oigo que un alcalde se sube el sueldo al máximo legal, pienso en los pensionistas. Cuando oigo el precio que nos sale el cuatripartito de Aragón: tres millones de euros más en sueldos de altos cargos, pienso en los pensionistas. Cuando oigo el río de las subvenciones a la banca privada, a las inmobiliarias, al automóvil, a las obras públicas innecesarias, a los aeropuertos, a las autopistas, al AVE, etcétera, pienso en los pensionistas. Y me digo: ¿tendrán vergüenza?