Opinión
Por
  • PASCUAL ASCASO

La tormenta política arrecia

El que se empeña a toda costa en llegar a ocupar La Moncloa, Pedro Sánchez, cada vez nos lo pone más difícil sin que él se quiera marchar y sin que el partido le obligue a hacerlo. La conclusión a sacar por lo tanto no puede ser otra que: si es por no saber es que es un inepto y si es por avaricia es un intolerable, pues no hay derecho a que todo un país esté viviendo lo que está ocurriendo porque los políticos que tenemos, y no sólo Sánchez, no den la talla.

El panorama que tenemos es asfixiante, a no ser que el PSOE y el PP se entiendan de una vez para formar un gobierno fuerte y estable, dejando aparte el sí pero con este no quiero, porque más esperas o más componendas ridículas y peligrosas no se pueden permitir.

Ciudadanos, con lo de la "banda" y los "bandazos" que posteriormente ha dado, en vez de haber aceptado la unión con los que en su día criticó, ha terminado "como el rosario de la aurora", peor que mal, y ahora ha quedado descafeinado sin voz ni voto para echar una mano y ayudar a formar gobierno con dignidad. Muy difícil tiene el poder remontar porque mal herido ha quedado y con la credibilidad por los suelos. Como a los demás partidos tan bien a éste le sobra ego y le falta credibilidad y cordura.

Vox ha subido como la espuma en una olla a presión, pero me supongo que ha sido más por demérito de los demás, sobre todo de Pedro Sánchez; que por méritos propios. La olla hirviendo se salió por descuido de los torpes aunque me supongo que las aguas volverán a su cauce en cuanto que los otros, si se lo proponen, sean más inteligentes, pues es más fácil subir que mantenerse y si no que se lo pregunten a C"s.

Mientras todo esto pasa, que no es poco, los independentistas, me supongo, se frotan las manos porque se ven trinchando y cortando en el negocio gracias a los errores mayúsculos que los irresponsables han cometido.

Lo cierto es que lejos de cesar el temporal, la tormenta arrecia a la vista de los resultados de las urnas.

La dimisión de Rivera le honra en la misma medida que deshonra a Sánchez por no hacer lo mismo, es mi modesta opinión.