Opinión
Por
  • JAVIER LERA GRACIA

Huesca, ante el reto de la cumbre del clima

En estos días en los que se celebra en nuestro país la más importante cumbre internacional sobre el clima, en la que se discuten grandes números y proyectos, no deberíamos dejar prestar atención a los más modestos acontecimientos que suceden a nuestro lado, en nuestro querido cerro de San Jorge, por ejemplo. Considerado por muchos un pinar más de repoblación, con poca vida más allá de palomas o picarazas, alberga, sin embargo, una de las colonias hibernantes más importantes de nuestra provincia de búho chico (Asio otus, especie incluida en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, aprobado por Real Decreto 139/2011).

Es, precisamente, en las inmediaciones del citado espacio verde donde se ejecutan desde hace meses diferentes obras para la adecuación y ampliación del campo de fútbol del Alcoraz. Y sucede que, según el proyecto redactado, los árboles más cercanos al actual límite del campo son un estorbo, y hay que talarlos. La modificación puntual del PGOU por la que el Ayuntamiento de Huesca permutó estos terrenos, y cambió su calificación de zona verde a equipamiento deportivo, justificaba esta operación por la necesidad de cumplir con la normativa de televisión y emergencias, y exponía en el desarrollo que también era lógico un aumento de aforo (no cuantificado), debido a su ascenso a Primera División.

No se elaboró ningún informe ambiental al respecto. Se consideró que una masa forestal se sustituía por otra, y no se tuvo en cuenta nada más. Sin valorar lo importante que podía ser para la ciudad de Huesca una parte de sus zonas verdes, de su biodiversidad…, se aprobó una modificación que supondría el incumplimiento de la ley, al destruir el hábitat de una especie protegida, sin ni siquiera haber pensado en ello.

Hace más de medio año, el Ayuntamiento de Huesca y la SD Huesca fueron advertidos de esta situación, sin que esto haya supuesto, ni siquiera, que se estudie la posible modificación o adaptación del proyecto. Es más, las obras están en marcha, con la segura molestia que esto suponen para la colonia de estas aves protegidas (son aves nocturnas; es decir, cazan y se desplazan por la noche, y descansan durante el día. Las molestias de las obras afectan a su tiempo de descanso).

Con un correcto estudio del área afectada, se podría conseguir que las obras necesarias para adecuar el campo a las necesidades del deporte profesional sean perfectamente compatibles con la protección y conservación de nuestro medio natural. Y es que, para suplir las deficiencias especificadas en la modificación del PGOU, no es necesaria la construcción de unos palcos de lujo, ni de un edificio de cátering, ni de nada similar. Amén de que un mayor aforo pudiera conseguirse modificando otras zonas del campo, en esta zona no se proyectan una gran cantidad de nuevos asientos, ni mucho menos accesibles a todos los bolsillos. Es decir, es perfectamente posible cumplir la normativa, íntegra, ambiental y deportiva, renunciando solamente al lujo destinado a una mínima parte de los asistentes al campo.

El cambio de paradigma que debiera ser el auténtico y final objetivo de esta y otras tantas cumbres sobre el clima, la contaminación o la conservación de nuestro planeta, habría de suponer un cambio decidido en nuestra actitud y en nuestros actos en los que interactuamos con el medio ambiente. Un equipo de primera, una ciudad de primera, deberían de serlo en todos los aspectos, no solo en lo deportivo. Ni un ayuntamiento, ni una institución privada, pueden continuar con un proyecto como este, sin el más mínimo estudio ambiental previo y sin la presentación de posibles alternativas, incumpliendo, además, y con conocimiento de ello, la normativa ambiental vigente.

En estos días en los que tanto se habla sobre medio ambiente, y en los que vendrán, que seguramente se hará mucho menos, demos ejemplo como ciudad y como ciudadanía. Demostremos que entendemos el verdadero significado del desarrollo sostenible, de la lucha contra el cambio climático y de la defensa, decidida, por nuestro medio ambiente.

Confiemos que así sea. Muchas gracias.