Opinión
Por
  • ANTONIO VALDÉS PALACIO ANGÜÉS

El euro, el IVA y el IPC

Con la entrada del euro se llevó a cabo un redondeo al alza en todos los productos y servicios. Lo que valía 100 pesetas pasó a costar 1 euro. Además, para colmo, se disparó el IVA hasta un 21 % de máximo en muchos casos. Estos dos factores hacen que el IPC real sea muy superior al que se da en las estadísticas. Se ha doblado el precio de las cosas y en muchas de ellas casi triplicado. En esta situación, el poder adquisitivo de las personas es muy bajo, al igual que sus salarios. La gente no llega a fin de mes y muchos viven bajo el umbral de la pobreza. Vamos a nombrar toda una serie de productos cuyo coste casi se ha triplicado: el tabaco, los carburantes, el alcohol, la vivienda, los alquileres, las frutas y verduras, las horas de taller de oficios como carpinteros, electricistas, fontaneros, mecánicos, albañiles, etcétera. Con todo este entramado, las economías familiares no pueden llegar a pagar eso, lo que ha generado una disminución en el consumo y, consecuentemente, un aumento del paro. Para todas estas circunstancias, el gobierno debe legislar y poner un tope de precios en los productos que hemos señalado antes; de lo contrario, la economía seguirá contrayéndose y se generará más desempleo y desigualdad.

Los políticos han sido elegidos por el pueblo, y están obligados a protegerlo. Fijemos precios justos junto con un IVA no tan elevado y el país logrará salir a flote en breve.