Opinión
Por
  • TEÓFILO MARCO ESTELLA

La mayoría progresista

En la carta que recibí del PSOE como propaganda electoral, dice entre otras cosas el señor Pedro Sánchez: "Tienes la oportunidad de hacer de la mayoría progresista de este país una mayoría parlamentaria que evite que las derechas repitan en el conjunto de España lo que hicieron en Murcia, Comunidad de Madrid y Castilla y León: desoír el mensaje de la ciudadanía e impedir un Gobierno progresista. Retroceder en derechos, en libertad y en políticas sociales".

"Ahí queda eso ¡barbero!", diría un castizo. La carta propaganda del señor Sánchez se puede interpretar así: Yo, y la mayoría progresista somos el ombligo del mundo, los mejores, sin nosotros el caos, la ruina y la pobreza en toda la actividad, vida ciudadana.

Si en esa mayoría progresista (si logran formarla) hay vanidad, soberbia, orgullo, las tres cosas son fatales consejeros para gobernar un país y ayudar a que los ciudadanos vivan en paz y buena convivencia. Cosa difícil de lograr, si en esa mayoría progresista hay pasión de dominar a los demás que no son como ellos; pues, esa pasión de dominar, dijo Voltaire, es "la más terrible de todas las enfermedades del espíritu humano".

Si la ley electoral permite al PSOE formar con otros partidos de izquierda esa mayoría progresista, pues el mismo derecho tienen los partidos de la derecha a formar mayoría en Murcia, Madrid, Castilla y León, y donde puedan si consiguen los votos de una parte de la ciudadanía de España. Y a esto nada hay que objetar, señor Pedro Sánchez...