Opinión
Por
  • ANTONIO NADAL PERÍA

Trampas

Es la primera vez que oigo "dopaje de Estado", lo que al parecer ha practicado Rusia, sometida al mayor castigo en la historia del deporte por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), una sanción de cuatro años para todas las competiciones internacionales. Sanción contra la que pueden presentar alegaciones. La decisión final la tomará el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). Es increíble que un Estado sea cómplice de una trampa de tamaña envergadura. El Comité de la Agencia Mundial Antidopaje ha acusado a la RUSADA, agencia rusa antidopaje, de manipular los datos de laboratorio entregados a los investigadores en enero de este año. Dichas manipulaciones hicieron imposible comprobar si 145 de los 298 deportistas rusos sospechosos violaron las reglas antidopaje entre 2012 y 2015. Por ello se ha considerado que Rusia trataba de ocultar posibles dopajes. Esto es como cuando alguien acusado de paternidad se niega a someterse a la prueba del ADN, en ese caso es sospechoso de lo que trata de evitar. ¿Podían sentirse orgullosos o satisfechos los atletas rusos de participar y ganar pruebas violando las reglas antidopaje, haciendo trampa, jugando con las cartas marcadas Si es así, poca dignidad deportiva tienen esos deportistas. Supongo que preferían anteponer el honor de su país a su propio honor personal, creyéndose buenos patriotas. Es el patriotismo mal entendido de siempre. La tricampeona mundial de altura ha dicho contra su país que la exclusión de los Juegos Olímpicos es una vergüenza para Rusia. Se dice que "la trampa siempre campa". Trampa, según la RAE, es infracción maliciosa de las reglas de un juego o de una competición. Las trampas en el deporte no son fenómenos raros, sobre todo cuando hay fuertes apuestas por medio. De trampa se acusó también al Real Zaragoza y a 36 futbolistas por amaño del partido Levante-Real Zaragoza al final de la temporada 2010-2011. Ha habido que esperar ocho años para que se resolviera el caso judicialmente. El asunto no cabe duda de que olía a amaño, y no porque el Real Zaragoza fuese equipo maño. El equipo maño necesitaba ganar para no descender a segunda división (el Levante no se jugaba nada) y mira por dónde ganó oportunamente 2-1. Quien más, quien, menos, ha hecho trampas alguna vez. Algunos echan la culpa a nuestra sociedad tan competitiva, y el deporte es pura competición.