Opinión
Por
  • MARIANO PLANA BLANCO

016

Se casaron muy felizmente hace veinte años, pero conforme pasa el tiempo los estoy viendo más distantes, con más problemas. Paso mucho tiempo con mi madre; mi padre nos abandona durante el día y solo llega a cenar. Esta historia la vivo día tras día, minuto a minuto, la percibo hasta lejos de aquí. Cada día es peor.

Él la golpea contra la ventana todas las mañanas antes de llevarme al colegio. Ella se sienta en la mesa de la cocina y me dice siempre "no te preocupes, solo me he dado un golpe". Cree que soy tonto y no me entero pero dejo que sucedan los días.

Pasa el tiempo, y las heridas, fracturas y hematomas van abriéndose paso por su cuerpo. Mamá sigue aguantando y yo le digo que la veo muy débil, triste, apagada. Ella me cuenta historias que no son ciertas para que no me preocupe, pero su cara lo dice todo.

Un día, por sorpresa, mi padre aparece con un arma blanca con la intención de asesinarla. Ella y yo corremos por el recibidor de mi casa, que se nos antoja largo e interminable.

-¡Llama urgentemente al 016!- me dice, paralizada por el miedo. Ese es el número de teléfono que le habría podido salvar la vida; a ella, y a muchas mujeres más que pueden estar pasando por lo mismo y que, por no hacerlo a tiempo, han sido cruelmente asesinadas.

Nunca conseguí acabar de escribir el número, y sólo tenía 3 dígitos...