Opinión
Por
  • Antonio Valdés Palacio

El seguimiento de la cadena alimenticia

En lo referente a la seguridad alimenticia, los países de la CEE llevan un riguroso control desde la producción de cultivos hasta la puesta a la venta, pasando por procesos como el engorde de ganado y el envasado. No se permiten una gran cantidad de pesticidas que puedan ser perjudiciales para la salud y el medioambiente. Además, en el engorde del ganado hay una férrea disciplina de empleo en los medicamentos. También el transporte del ganado está custodiado mediante guías para controlar de qué explotación salen los animales. Finalmente, la transformación de los mismos y su puesta a la venta conlleva la necesidad de pasar por mataderos certificados y su posterior etiquetado con la fecha de caducidad. Se puede decir que nuestros productos son verdaderas denominaciones de origen. Esto equivale a que su precio sea justo y todos los elementos de la cadena alimenticia puedan vivir dignamente de su trabajo.

Pero, ¿qué pasa en la actualidad Muchos estados fuera de Bruselas traen productos más baratos y los meten en el mercado, destrozando nuestras explotaciones agrícolas y ganaderas. Utilizan pesticidas prohibidos en Europa y medicaciones de animales perjudiciales para la salud.

Hay que crear un organismo a nivel mundial que controle la calidad de los alimentos, y si no cumplen con las directrices marcadas por el mismo, que no se puedan exportar. De no ser así, estaremos expuestos a sufrir enfermedades por no controlar el proceso productivo desde el campo hasta su posterior transformación para el consumo.