Opinión
Por
  • MARIANO RAMÓN

Un Aragón para todos

El día veinticinco, la cristiandad celebra el nacimiento de un Niño en Belén hace más de dos mil años. Cientos de millones de personas conmemoraremos el evento de la misma manera que lo hicieron nuestros antepasados y harán las generaciones futuras. Evento que marca un antes y un después en el devenir de la Historia Universal. El Niño de Belén pasó por la vida predicando la concordia y marcando pautas de comportamiento que han inspirado los códigos de las naciones más adelantadas. Murió en plena juventud, crucificado, tras ser condenado plebiscitariamente por un pueblo alentado por los manipuladores de siempre. No hay sociedad alguna que iguale a la Iglesia recreada por sus discípulos en su antigüedad a pesar de sus detractores, que en todo tiempo los ha habido y seguirá habiéndolos. La madrugada de este día, a medianoche, en los hogares aragoneses habrá guirlaches, ponches y empanadicos y en las parroquias misas del gallo. Pero también habrá hogares carentes de techo, lecho y puchero. Seamos fehacientemente consecuentes y propongámonos otros aragoneses y residentes en Aragón que desaparezcan tales carencias. Hagamos un Aragón para todos.