Opinión
Por
  • DIARIO DEL ALTOARAGÓN

Diversión, creatividad, educación

Tenemos que hacer que los niños participen en actividades en las que sean capaces de tocar, experimentar, trabajar en grupo: la educación requiere creatividad. Quien así se manifiesta es Peter Mokaya Tabichi, Global Teacher Prize, esto es, el "nobel de la Educación". Desde su humilde escuela en Kenia, este franciscano ha sido reconocido por ser, más que un transmisor de conocimiento académico, un transformador de realidades por su concepto holístico desde el que busca edificar de forma integral al ser humano. Ahí incluye desde el Club de Ciencias para el fomento de las vocaciones STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería, Matemáticas) hasta la integración de la tecnología para que "todo se vuelva excitante", para que los estudiantes disfruten y sientan un estímulo con las habilidades con las que "ser mejores personas en el futuro".

Más allá de la legítima pretensión de concentrar programaciones con las que entretener a los jovencitos y, de paso, entregar a sus padres una buena alternativa de ocio para salir del entorno doméstico, los parques infantiles de las principales ciudades y poblaciones de la provincia de Huesca han evolucionado desde su irrupción hace varios lustros para erigirse en escenarios dotados de las herramientas con las que aprender divirtiéndose, o divertirse aprendiendo, que aquí quizás se pueda aplicar la indiferencia del orden de los factores. La socialización desde las edades más tiernas ha de obrar la virtud de incorporarlos a la condición de ciudadanos del mundo, amantes de sus raíces, orgullosos de la diversidad que han heredado como gran patrimonio cultural y concienciados de la trascendencia de la sostenibilidad del planeta. Jugando, riendo, cantando y observando, el camino se hace ameno y se refuerzan dos grandes valores: el compromiso y la pasión. A disfrutar, que es ley.