Desempleo, una asignatura para el nuevo gobierno

El desempleo es una asignatura que pone a prueba siempre a los gobiernos. Por supuesto, no sólo a ellos, sino al conjunto de lo que viene a denominarse el diálogo social, esto es, las organizaciones empresariales y los sindicatos. No existe un estado de bienestar real si el mercado laboral está débil, si no es capaz de proporcionar a todos los ciudadanos que conforman la población activa el puesto de trabajo con unas condiciones de dignidad para su vida personal y familiar. Esto es, una obligación esencial de un Estado de Derecho y de nuestra Constitución que hemos de favorecer conscientes de que el paro cero es una utopía que, sin embargo, hay que perseguir, porque estar sin empleo ha de ser apreciado como una anomalía que no debe permitirse un país democrático, y mucho menos uno de los que forman en la teoría parte del mundo más desarrollado, como es el español.

La situación de desgobierno de los últimos meses –por no hablar de la interinidad de facto de los años precedentes- ha generado una cierta laxitud a la hora de afrontar esta cuestión sustantiva en España, en parte favorecida porque los vientos aún son propicios y la inercia no ha sido mala, aunque lejos de sostenerse se ha resentido relativamente. Tampoco es bueno lanzar las campanas al vuelo por haber recuperado en los últimos años los cotizantes a la Seguridad Social, porque las condiciones tampoco son las de antes de la crisis. Estamos en la coyuntura incierta en la que nos encontramos, sin atisbos de pesimismo ni tampoco motivos para lanzar las campanas al vuelo. Un escenario de los que ponen a prueba el buen o mal gobierno. Aplíquense los que llegan y acompañemos todos.

l Diario del AltoAragón