¿Impactante?

Al controvertido líder de Pyongyang no se le ha ocurrido otra idea mejor para despedir el año anterior e iniciar el presente -aprovechando la finalización de la moratoria sobre los ensayos nucleares- que amenazar con más ensayos así como provocar una acción ¿impactante contra EEUU.

Se le ha debido de acabar toda su paciencia al comprobar que sus numerosas peticiones de reducción de las sanciones internacionales que le fueron impuestas por sus programas de armas nucleares y misiles balísticos, han caído -lisa y llanamente- en saco roto.

Una vez más y, como si fuera un experto mago circense, no tiene inconveniente alguno -ante la más absoluta incredulidad del mundo entero- de sacar un conejo de su chistera, eso sí, en forma de nueva arma estratégica.

Y es que -aparte de la desconfianza innata que mantiene en su homónimo estadounidense- lo que está más claro que la sopa de un asilo es que intenta retomar a la mayor brevedad posible sus test atómicos, al aprovecharse del acercamiento de las presidenciales del próximo noviembre, en las que el mandatario neoyorquino busca la reelección.