Repensar el turismo con estrategia

La Feria Internacional de Turismo, por su dimensión y por su proyección, forma parte del calendario prioritario de todos los agentes que trabajan en torno a estos servicios. En los pabellones de IFEMA se concentran no sólo autoridades entre las que la primera de este año ha sido la reina Letizia, sino entre el contenido más sustantivo están los destinatarios de los mensajes y de los estímulos que, a su vez, tienen un efecto multiplicador muy importante en sus entornos, sus regiones y sus países. Esos intermediarios y clientes finales que determinarán la tonalidad del éxito de la misión en el certamen. Precisamente por ello, Fitur ha de ser concebido en su dualidad de meta y punto de partida de un pensamiento estratégico sobre el que actuar en un sector cuya versatilidad y ductilidad demanda capacidad de adaptación y, en la medida de los talentos y las actitudes, de adelantarse a los hábitos de consumo de ocio que hoy en nada se asemejan a los de las primeras ediciones.

Aragón ha decidido inclinarse por una apuesta segura, la nieve que sigue siendo un vector de desarrollo territorial imprescindible, y una obligación ante los nuevos tiempos: la sostenibilidad. Una línea en la que nuestra comunidad, y particularmente Huesca, puede exhibir una gran fortaleza porque así lo acreditan las oportunidades de un medio rico en recursos turísticos en el que la acción humana programa además con un ingenio apropiado para combatir las limitaciones económicas. En esa exigencia del repensamiento, conviene disfrutar este Fitur y, desde el día siguiente, pensar con las empresas y profesionales del sector los caminos sobre los que avanzar con mensajes contundentes y marcas fuertes que reclamarán algunos sacrificios porque la atomización pretendida por algunos difícilmente concuerda con la eficiencia.