Opinión
Por
  • ANTONIO VALDÉS PALACIO (ANGÜÉS)

La hipocresía clasista

Vivimos en una sociedad adicta al dinero y a la gente le gusta codearse con las personas que lo poseen. Se han olvidado por completo de que Jesucristo vino al mundo en el seno de una familia humilde acogiendo por igual a pobres y ricos, a la vez que obró muchos milagros sin mirar estamentos sociales. Vino a promulgar la doctrina de la humildad y de la solidaridad apostando por el hecho de que todos éramos hermanos hijos de un mismo Dios. Como buenos cristianos debemos sentirnos orgullosos los unos de los otros y no mirar por encima del hombro a nadie y mucho menos considerar a las personas por el tamaño de su cartera. Todos nos necesitamos. No existe nada más bonito en esta vida que esos seres humanos, buenas personas y humildes, que se llevan bien tanto con ricos como pobres.

Estos fariseos son aves de mal agüero y vale más mantenerse al margen de ellos porque ni tienen formas ni fondo. Y una cosa os voy a decir que es un viejo dicho que viene muy bien para este contexto literario "cuando tenía dinero me llamaban don Tomás y ahora que no lo tengo Tomasito y nada más". Así es como actúan estos chaqueteros de los ricos, cuando van a menos se alejan de ellos y además los critican e incluso incitan a los demás para que les den la espalda. Qué gentuza más indeseable, y luego los ves por las iglesias dándoselas de buenos y por otros actos religiosos con una sonrisa falsa e hipócrita.

Hay que acabar con esta basura de personajillos y los que sois pudientes pero humildes dejarlos a un lado porque no son dignos de compasión.

A los que os hacen el vacío, tranquilos, porque vale más un buen amigo que cien impresentables de estos. A los que respondéis a este perfil no os quepa duda que lo pagaréis en esta vida por vuestra avergonzante conducta ya que los ojos de Dios están en todas partes y os castigará en esta vida y en el resto del infinito.