Las empresas saludables

Difícilmente puede atribuirse a la casualidad la solidez de las empresas cuyas relaciones profesionales se establecen sobre valores humanos que favorecen la consecución de objetivos por ese plus de productividad o de rendimiento que es achacable a la identificación con la filosofía, los criterios y la atmósfera definida desde los organismos directivos, mucho mejor en aquellos casos en los que la corresponsabilidad alcanza también el estímulo del dinamismo y de la participación hasta engendrar, incluso, la figura del intraemprendimiento.

Dentro de esos parámetros que coadyuvan a un ambiente más propicio para la optimización de los resultados, las compañías con conceptos más avanzados ya vienen incentivando los hábitos saludables para que el perfecto estado físico y anímico de sus trabajadores sea el mejor aliado para establecer el marco más idóneo para el desarrollo de los factores que les convierten en competitivas en facturación y beneficios porque sus cimientos están perfectamente robustos por el capital humano.

En este marco del que no debiera desprenderse ninguna empresa que presuma de responsabilidad social, ha nacido la Red Aragonesa de Empresas Saludables con una avanzadilla de 24 que ayer recibieron de las consejeras Gastón y Ventura los sellos que certifican que la cultura de la salud no sólo se predica sino que se practica. Este programa no se reduce al cumplimiento obligado de la legislación en materia de riesgos laborales, sino que va más allá con la seguridad de que un mínimo esfuerzo conjunto favorecerá la minimización de las mermas en la productividad derivadas de ausencias que puedan ser prevenidas y la potenciación de la mejor versión de unos empleados satisfechos, convencidos e implicados.