Opinión
Por
  • MIGUEL SÁNCHEZ TRASOBARES

Coronavirus

La supresión del Mobile World Congress el miércoles pasado en la ciudad barcelonesa por temor al coronavirus -que al ser humano puede causarle enfermedades desde el resfriado común al SRAS- ha supuesto un duro golpe a hoteles, restaurantes, empresas de viaje y turismo.

Porque, aparte de congregarse en este macroevento las más importantes compañías del sector de las telecomunicaciones del planeta, durante los cuatro días que dura, se logra registrar un lleno completo.

Algo parecido ha sucedido y por idéntica causa en la ciudad de las góndolas veneciana, donde esperaban como auténtica agua de mayo su emblemático carnaval de febrero -tras las graves inundaciones acaecidas en noviembre y diciembre del pasado año- y donde han perdido millones de euros procedentes de la ingente masa de turistas procedentes de todos los rincones del mundo.

Y es que, ante ciertos hechos especiales aparecidos de improviso -desastres naturales o virus- las angustias, miedos y temores se multiplican, afectando y resintiendo ese sector terciario importante y sensible de nuestra economía como es el del turismo, indefectiblemente.