Opinión
Por
  • MAMEN CARMENA

¡Vamos, chicas, sin reblar!

Anoche mi hija de 9 años se me acercó, preocupada, a darme las buenas noches; se le leía en los ojos que se moría por contarme algo. Se tumbó junto a mí, me abrazó y me lo contó.

Resulta que, estando ayer en el patio de recreo echando un partido de fútbol con sus compañeros del cole (niños y niñas, todos juntos, como viene siendo habitual de un par de meses a esta parte), mi hija marcó un gol. Mientras lo celebraba exultante abrazada a algunas de sus amigas futboleras se les acercó una profesora a la que no conocían y les dijo de golpe y porrazo, sin que nadie le preguntara ni venir a cuento, que se retiraran ya del terreno de juego, que el fútbol es un deporte para chicos y, ya sabéis, los muy brutos igual os dan un balonazo y os hacen daño, mejor os echáis a un lado y jugáis a cosas de niñas en esa esquinita. Ellas, tras contemplarla atónitas y perplejas, no encontraron nada que decirle, así que, y ahora viene lo mejor de todo, se dieron la vuelta y siguieron jugando a toda pastilla, que había saque de centro. La profesora en cuestión no les dio más la tabarra, afortunadamente, porque nuestras futboleras, entre chute y chute comentaban entre ellas que nunca, nunca jamás, harán caso de semejante estupidez, que a ellas el fútbol les encanta, especialmente desde que han descubierto lo divertido que puede llegar a ser.

Y aquí llega el momento de hablar de otro profesor, Jorge, el "Súper Profe" como lo llaman todos los de cuarto de primaria, el tutor de mi hija y de sus compañeros. Y es verdad, se trata de un súper profe porque él les ha enseñado en clase de educación física los secretos del fútbol, se ha asegurado de montar equipos mixtos y de que en los recreos nunca les falte un balón. Porque esas niñas de 9 años que nunca se habían interesado por el fútbol, mira por dónde, ahora resulta que sí, que les interesa y que además, ¡milagro! a algunas de ellas se les da fenomenal. Ha sido en este séptimo año de colegio cuando las chicas han descubierto que el fútbol no es una cosa sólo de chicos, sino que es un deporte divertidísimo al que pueden jugar todos juntos, ellos y ellas por igual. Y qué contenta sale mi niña del cole los días que marca gol, que no son pocos. Gracias, Jorge, de corazón. Las personas como tú sois el motor del cambio hacia la igualdad entre hombres y mujeres. Gracias por decirle a mi hija y a sus compañeras de clase que ellas también son igualmente capaces de aprender a jugar al fútbol; gracias por acompañarlas en su camino y animarlas a que crean en sí mismas. Puedes estar seguro de que has conseguido tu objetivo. Y si te asalta alguna duda al respecto, mira al patio, Jorge, y verás el futuro ante tus ojos, un futuro en el que hombres y mujeres tienen los mismos derechos y son tratados por igual. ¡Qué gran triunfo, señor Profesor! Y a vosotras, nuestras niñas, nuestro futuro, os digo, adelante, futboleras, ¡sin reblar! Así como os ha enseñado Jorge, no contra ellos, sino junto a ellos. No más, no menos, sino todos por igual. ¡Qué gran sueño se va perfilando como realidad. A por él que vamos, ¡sin reblar!