Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Respuestas distintas a una problemática similar

Cuando se dan respuestas diferentes a una problemática concurrente, asegurar solemne y categóricamente que los procesos están coronados por la eficiencia es una aventura que puede concluir de manera impredecible. El transcurso de los acontecimientos tiende a examinar de manera severa toda expresión apodíctica, y así la seguridad excesiva se transforma en incertidumbre. Cuando se manifiesta que el sistema sanitario español ofrece unas respuestas eficaces a todo tipo de amenazas se incurre en una media verdad, no necesariamente con mala fe, pero sí en un exceso de voluntarismo, cuando no de propaganda. Es cierto que es uno de los mejores del mundo, pero el coronavirus está poniendo en evidencia la capacidad de reaccionar ante determinadas vicisitudes virulentas. Y, además, está resquebrajando la unidad en la acción en un país con diecisiete competencias sanitarias en otras tantas comunidades autónomas. Que en unas regiones se cierren colegios por temor al contagio, a pesar de que el doctor Simón asevera que es claramente inútil, o que el ejecutivo central hable de cesar la actividad en las empresas cuando se confirma un positivo no contribuye, desde luego, a la serenidad que es el estado desde el que se toman las mejores medidas.

Las transferencias sanitarias a las autonomías, aun siendo discutibles, no tienen ahora mismo retorno, pero precisamente por ello la coordinación ha de ser tan estricta que la armonización es imprescindible, sin discusión alguna, para atender a situaciones en las que los ciudadanos aprecian cómo algunos van como pollo sin cabeza mientras repiten machaconamente la palabra tranquilidad. Nada genera más sosiego que la coherencia, la firmeza y la transparencia.