Opinión
Por
  • Joaquín Callabed

El coronavirus y la infancia. Una breve reflexión

Cuando mi buen amigo y distinguido colega Dr. José María Simón Castellví me sugirió que escribiera sobre "Coronavirus COVID 19 y el niño" pensé que poco podía añadir a la avalancha informativa  que recibimos.

Reflexionando un poco recordé una frase del maestro Léon Kreisler en París que nunca olvidaré: "Niño, pediatra y familia deben ser tres ruedas que giren sincrónicamente".

Tomando como eje esta bella y sabia frase me permito dar unas breves pinceladas sobre este tema que tanto nos preocupa.

El niño: no es recomendable que los niños recluidos en casa sean cuidados por adultos vulnerables como abuelos o personas de riesgo con patología cardiaca, respiratoria crónica o enfermedades que cursan con inmunidad disminuida.

La comunidad y la escuela deberían disponer de voluntarios para cuando la familia no puede hacerse cargo de sus hijos. La escuela debería conectar con todas las familias y conocer sus necesidades. Esto sucede en Suiza, cantón alemán, y afecta positivamente a mis cinco nietos.

La escuela debe proporcionar trabajos escolares durante la reclusión domiciliaria, complementados por los padres. Una buena ocasión de estrechar lazos. El pediatra: debe actuar con profesionalidad, respeto y prudencia. Puede informar que el 80% de los casos de COVID-19 es leve y en la infancia muy leve o asintomático aunque afecta a gran escala y por ello se ha decretado el cierre de escuelas.

Todo niño necesita una atención personalizada y no es un número estadístico sino sujeto-persona con derechos.

"No existe acto humano más digno que cuidar la salud de los niños", dijo Pierre Royer

La familia: puede aprovechar la ocasión para continuar las medidas de higiene que seguramente habrá indicado la escuela: cubrir la boca con la flexura de codo al toser o estornudar, lavado de manos al llegar de la escuela, antes de comer y después de acudir al baño, no tocarse ojos, nariz ni boca,usar pañuelos de papel y tirarlos. Es una vacuna informativa para toda la vida.

Es una buena ocasión para la unión familiar así como para recordar el emblema de la querida Universidad de París ahora referido a la familia"Fluctuat nec mergitur" (fluctúa pero no se hunde).

Gracias, Profesor Léon Kreisler. Inolvidable Maestro.