¡Somos mortales, somos vulnerables!
Quizás este tiempo difícil o situación inesperada que estamos viviendo nos sirva de lección magistral o escarmiento, aunque me da que pensar siendo como somos. Nuestra memoria es mala y casi seguro que haremos de nuevo mal las cosas cuando pase el tiempo, a pesar de la pesadilla actual de confinamiento.
Olvidamos con frecuencia que somos vulnerables y vencibles, no dioses que creemos dominar el mundo. Hoy en día hemos decidido, parece, vivir como si no nos fuéramos a morir nunca, fingiendo ser inmortales y todo esto nos hace verlo poco previsores y hasta descuidados en la mayoría de las cosas que hacemos. Nuestro mundo es un lugar peligroso y hostil, y por cada olvido pagamos precios muy altos.
Nos sorprendemos de cosas y hacemos cosas como si fuéramos los putos amos de la galaxia, los mejores de la naturaleza y los más preparados para vivir en este nuestro planeta. Luego, un día llega un virus microscópico y nos lleva de cabeza o mejor dicho, de culo.
En este caso o caos a nivel personal, social y económico y en estas ocasiones de emergencia es cuando más responsabilidad personal, social y económica debemos tener.
La mayoría de nosotros, nunca o casi nunca hemos vivido restricciones semejantes a lo largo de nuestras vidas, confinados en unos metros cuadrados durante días o meses. Y a pesar de lo alabables aplausos y de la solidaridad que parece puede ayudar a sacarnos de esta y a sobrevivir, en realidad el coronavirus o Covid-19 solo puede ser parado por nuestro sistema sanitario y decisiones políticas.
Y una cosa más, y lo digo con conocimiento de causa, los médicos que están en primer línea de fuego no son héroes, que , enfermeros, policías, guardia civiles y demás personal, son profesionales como la copa de un pino que hacen su trabajo, que se juegan la vida día tras día y que nos están ayudando a sobrevivir y a lograr pasar esta pandemia mundial. Que un minúsculo microorganismo nos este ganado, por ahora, la batalla nos da a entender los infinitamente vulnerables y frágiles que somos y aún así, no aprenderemos, seguro.
Y lo malo de todo esto es que estas situaciones siempre parecen querer solucionarlo los políticos, esas personas en una gran mayoría sin estudios que deciden por nosotros, que sobrevivirán, en su mayoría, después de estas crisis con sus sueldazos y su vida resuelta en el futuro (sin ser capaces de rebajarse el sueldo que les sobra para ayudar ahora) y que nos seguirán pidiendo al pueblo medidas de ahorro, de crisis o de contención. Así sea.
JUAN JOSÉ MAIRAL HERREROS
Sabiñánigo
