Opinión
Por
  • CARMEN BARDAJI

El coronavirus

No nos devaneos el cerebro, pensando si la culpa de todo esto, es de aquí o de allá, de la derecha o de la izquierda, de los chinos o de los japoneses. Parece mentira que seamos tan inteligentes, y personas que parece que se van a tragar el mundo, que se habla de economía, y que no todo el mundo sabe de economía, ni siquiera, los que tendrían que dominar este tema, no es fácil. También tendríamos que darnos cuenta, que lo justo sería, darnos cuenta de los que hacen el bien y de los que hacen o están de parte del mal. Vemos a los sanitarios, que están dando la vida por el prójimo, está claro que no son los millones, porque ellos tienen un sueldo normal aunque pierdan más sueño de lo normal, o tantos que tendrán que estar separados de sus seres queridos, y de hecho, lo están. Agentes de seguridad, que ven a sus hijos de lejos por si hay contagio. Tantas personas que se tienen que ganar la vida, y están limpiando en los hospitales o donde sea, camioneros que no encuentran siempre dónde comer caliente. Se podría decir cantidad de cosas. Pues, con esto y con todo, ya hay personas, lo están descubriendo, que está pandemia mundial, no se ha inventado ningún gobierno ni ningún millonario de la tierra, pues a la vista está, que nos ha llegado este horror del que no estábamos acostumbrados, y nos ha entrado la desesperacion, nadie puede hacer nada. En la Citi de Nueva York no iba a llegar por ser todopoderosos. Pero quién piensa en ser todopoderoso. Pues, ya vemos que mucha gente a bajado la cabeza y lo quiera o no, tiene que pedir ayuda a Dios. Estás pandemias que ya nos sobrepasan es como cuando uno está poseído, y tiene que irse Satanás de ese cuerpo, que solo se va con oración. No vemos desde que empezó este asunto, como se están retransmitiendo el rezo del Santo Rosario, u otras oraciones, desde el Vaticano, desde Fátima y tantos otros sitios. Y no queramos volver a la vida de antes, si no, a una vida mejor, de mejores personas y no a formar grupos violentos criminales, y agradecer a los que dan sus millones para ayudar a tanta gente que sufre y no tengamos envidia de que ellos sean ricos y nosotros no.