Opinión
Por
  • Diario del Altoaragón

El polémico alivio de la reclusión de los menores

El anuncio de las condiciones para aliviar el confinamiento de los menores ha desatado un vendaval de reacciones por su peculiaridad... y por su marcha atrás. Si no fuera porque tiene más de ocurrencia, podría atribuirse a la celebración en la jornada de ayer del Día Mundial de la Creatividad y la Innovación, un 21 de abril que también pretende incorporar ambos conceptos a un bien supremo como es el de la sostenibilidad. No parece que vaya por ahí la razón del adelanto de que los que no hayan cumplido quince años pueden acompañar a sus padres en tareas rutinarias como la compra en los centros comerciales, la asistencia a espacios médicos o farmacéuticos, o las operaciones bancarias. Podríamos atribuirlo, más bien, al momento de confusión y de irreflexividad que produce el desbocado caballo de Troya que, en forma de virus, se ha colado en medio del mundo dejando decenas de miles de muertos en España.

Obcecadas como están las autoridades nacionales en una política de comunicación tan errática como la que están demostrando ministros, mandos sanitarios y jefes policiales -condición que no cabe extender a otros ámbitos institucionales como es el caso de Aragón, donde se aprecia una clarividencia muy superior-, y siendo conscientes de que no es sencillo mantener la cabeza fría, los ciudadanos tenemos el derecho de exigir de nuestros gobernantes más serenidad, más rigor y dejarse asesorar por expertos y profesionales de los ámbitos sobre los que se ejecutan las medidas. Bastante desconcierto provoca este escenario como para introducir otra incertidumbre con la presencia en lugares cerrados de los pequeños, que también pueden ser contagiados y extender el covid-19. Tras la rectificación, esperaremos los nuevos parámetros. Hace falta orden para acabar con esta reclusión.

Diario del AltoAragón