Es un derecho, pero hay que pedirla
OPINIÓN
La Iglesia nos recuerda que los sacerdotes de los hospitales están totalmente disponibles para atender a quien lo necesite, siempre que el interesado o alguien en su nombre pida que vaya a verle el sacerdote.
En épocas normales, es el propio paciente o un familiar quien debe decir en el control de enfermería que tal enfermo desea la visita del sacerdote. Entonces, el sacerdote acudirá a esa habitación.
Ahora, con esta pandemia del coronavirus, con tantos infectados y tantos aislados, es necesario recordar la necesidad de pedir la asistencia sacerdotal, para poder recibirla; puesto que no se presume el deseo, desde luego.