Opinión
Por
  • CONCHITA DEL MORAL HERRÁNZ

Felicidades, guapa

Estamos en el mes de nuestra Madre la Virgen, la Madre de Dios y madre nuestra y como buenos hijos la felicitamos.

Un antiguo aforismo dice: De María, nunquam satis; en castellano, de María nunca diremos bastante; siempre superará la realidad a cuanto queramos decir de la Madre de Dios y nuestra la más pura, la más bella, la concebida sin pecado original.

Hay muchas devociones marianas, pero a Ella le gusta especialmente el Sto. Rosario, pues vamos a darle gusto y hacer Romerías aunque no podamos salir de casa a una de sus ermitas o santuarios desde nuestra casa y tratemos de agradarle con pequeños regalos como buenos hijos, siendo dóciles, afables, generosas, con lo que se nos presente cada día.

Una madre siempre es generosa, nunca abandona a sus hijos, ni les niega aquello que les conviene, pues nuestra Madre la Virgen nunca nos va a abandonar, luchemos para parecernos a Ella. Ella es medianera de todas las gracias cuando queramos conseguir algo de su Hijo acudamos a Ella con confianza y lo lograremos; pero hemos de saber corresponder tratando de imitarla, a las madres les gusta que sus hijos se parezcan a ellas, luchemos para que cada vez agrademos más a nuestra Madre del Cielo y Ella nos sonreirá.

Y volviendo al rezo del Rosario recordamos como se apareció la Virgen a los pastorcillos de Fátima, éste fue su encargo, pues ahora que estamos tan necesitados con deseos de que acabe esta pandemia acudamos al remedio con la seguridad que venceremos; la Virgen intercedera y se lo pedirá a su Hijo, pues a por ello.

Felicidades de nuevo Madre, te queremos.