Día 70, fase 2, cuidémonos

Hoy se cumple el día 70 del estado de alarma, una barbaridad proporcional al grado de gravedad de la pandemia que ha marcado -hasta ahora- nuestras vidas. De las diez semanas, una gran parte nos han obligado a un confinamiento estricto, muy probablemente necesario, aunque la maldita hemeroteca nos descubrirá sorpresas sobre las predicciones de dos meses y medio antes, cuando además en los mentideros se minusvaloraban los efectos de ese puñetero virus que venía de China. Pero ese grado de responsabilidad, obviamente, habrá de ser dirimido en su momento y en todos sus actores en este proceso, porque precisamente la democracia, cuya columna vertebral es la libertad, implica también exigencia. Es parte de la esencia en el Estado de Derecho.

Dos días después de esa barrera que ha convertido la cuarentena en setentena, entramos en fase 2 una buena parte de España. Sinceramente, con la tristeza de la lejanía en el rigor de las instituciones estatales, con el consuelo relativo de que en Aragón la concordia es mucho más sencilla porque concurre el factor clave de la voluntad y también porque a nadie se le ocurriría negociar nada con formaciones como Bildu, ni tampoco hay partido capaz de ser tan insensato de derribar los instrumentos con los que hay que combatir en la contienda de la economía, que sumará cientos y cientos de miles de víctimas a las decenas de miles de muertos en España por el coronavirus. Demasiado sufrimiento como para solazarse absolutamente de nada sin suscitar rubor y enojo.

No estamos para bromas ni para juegos de tronos. Entramos en fase 2, donde los ciudadanos hemos de cuidarnos porque no queremos un fatídico paso atrás. Y donde tampoco admitimos experimentos y deslealtades. El porvenir ha de ser saludable y serio.

Diario del AltoAragón