Opinión
Por
  • Diario del Altoaragón

OMS, ¿y si en el medio estuviera su virtud?

La Organización Mundial de la Salud ha destacado una percepción extendida entre muchos profesionales y en algunos estudios que hablan de la rebaja de la carga viral, de su transmisibilidad, por lo que concluye que la covid-19 tendrá dificultades para sobrevivir. En el mensaje de su directora de Salud Pública, María Neira, la recomendación de que vivamos sin paranoia ni relajación nuestra coexistencia con el virus y, a medio plazo, de que nos acostumbremos a la convivencia con enfermedades infecciosas. Bien es cierto que en la OMS sucede como en los gobiernos -el español no es ajeno, ni mucho menos-, que la coherencia se descalabra por la prodigalidad de voces distintas y hasta contrarias, como apreciamos ayer cuando de repente desaparecieron dos mil fallecidos en nuestro país, los de los últimos siete días se redujeron a 50 y repentinamente las aglomeraciones no fueron determinantes para el contagio según un Simón cada día más cuestionado.

La OMS ha sido un desastre en su comunicación desde los primeros atisbos de esta catástrofe humanitaria, elevando la incongruencia hasta alturas estratosféricas en una comparecencia en la que un representante aseguró el rebrote para el otoño y su compañera apostilló que no estaba constatado. Recientemente, se echó por tierra una certeza sobre la infección por contacto con superficies, e incluso las mascarillas han sido objeto de controversia. Cuando leímos ayer las palabras de Neira, todos nos aferramos a la esperanza después de más de setenta días de tristeza y de pesimismo. La precisamos tanto como la sensatez porque el mundo no se puede detener y, por el contrario, con el aprendizaje de la necesidad de las certezas científicas en las que hay que invertir muchísimo más (como en la sanidad), el futuro aguarda nuestro compromiso, humildad y esfuerzo. Quizás en el medio esté la virtud, Diario del AltoAragón