Opinión
Por
  • ANTONIO NADAL PERÍA

La prensa no contagia

Con el cierre de bares, centros de mayores y bibliotecas públicas durante el estado de alarma se dejó de compartir la prensa de papel. Con la tímida apertura de algunos locales en la fase 2, el diario de papel ha vuelto a ser motivo para acudir de nuevo al bar y leerse la prensa tranquilamente. No hay que temer que por compartir un periódico haya contagio del coronavirus, pues, según la Organización Mundial de la Salud, el riesgo de contagiarse tocando un diario de papel es infinitamente insignificante. No sé si en las papelerías y quioscos se habrán vendido más periódicos a particulares que hayan compensado la falta de ventas a los bares y bibliotecas, pero algunos días veía agotados los ejemplares en esos puntos de venta, sobre todo los domingos, cuando suelen venir acompañados de regalos o colecciones. Sin embargo, según Datos de la Oficina para la Justificación de la Difusión, los seis principales periódicos generalistas cayeron en casi 65.000 ejemplares diarios en marzo con respecto al mismo mes del año anterior. Menos mal que no hay que temer que el virus se contagie mediante el papel de periódico ahora que van abriendo los bares y bibliotecas, pues sería un nuevo perjuicio que añadir a su menor venta, ya perjudicada por el crecimiento de la prensa digital y la escasez de anunciantes. Se comprueba que este virus no es amigo de la información ni de la cultura. Peor para él y mejor para el cliente humano. Muchos guardamos en nuestra casa, por distintas razones, kilos de papel de periódico del que no queremos desprendernos. Suelen contener artículos o reportajes que nos han llamado la atención o que forman parte de la historia de la localidad, del país o del mundo en el que vivimos.

Una vecina me pide un periódico cuando ve que voy al contenedor de papel con un paquete de ellos porque, me dice, le gusta tener un periódico en casa. Los periódicos viejos, además, tienen mucha utilidad. Antaño se envolvía con ellos el bocadillo, los motoristas lo llevaban a manera de camiseta térmica debajo de la ropa y se usaban como papel higiénico y para limpiar los cristales de las ventanas. Leo en un artículo otras utilidades: revestir estanterías, mezclado con agua y cola para modelar figuras, proteger la forma del calzado, madurar los tomates, proteger el suelo cuando se pinta, proteger las mesas, envolver regalos, proteger del frío las lunas del coche, guardar objetos delicados.