Opinión
Por
  • YOLANDA ESCOBAR

Gracias a la planta 2ª del Hospital San Jorge de Huesca

El 29 de abril comenzó mi montaña rusa particular. Mi embarazo empezó a dar señales de que la cosa se estaba complicando. Con miedo acudí a San Jorge, y empezó uno de los tantos ingresos que tuve que hacer, para que todo siguiera hacia delante. Pero a pesar del miedo, de estar separada de mi hija, todo el personal de la 2ª me hizo sentir arropada, como en casa, como si nos conociéramos de toda la vida. Me llevo un gran recuerdo de todas las auxiliares que me han atendido con mucho amor: Conchi, MªJosé, Carmen, y muchas más que no recuerdo sus nombres. De las ginecólogas que me han ido viendo, en especial de Jara, quien logró que mi hija viera la luz. De mi amiga Celia, la celadora, que empujó mi cama con fuerza para llegar a tiempo y me abrazó mientras todo se ponía en marcha. Pero sobretodo agradecimiento al equipo de matronas del hospital. Sois todas unas máquinas, pero quisiera hacer alusión a Maite, con quien he compartido ratitos de charla sobre nuestros hijos de Coque, de Isabel, que recogió a mi niña nada más nacer de Laura, apoyándome en las noches que se me hacían más cuesta arriba y sobre todo a María Aller. Has sido todo un apoyo para mí ahí dentro. Me he sentido como si fueses un familiar mío de lo bien que me has tratado, siempre con palabras de cariño. Suerte tendrán las parturientas que reciban tu atención. A pesar de este mes tan estresante de idas y venidas, de no poder estar junto a mi hija Vera... a pesar de eso, me siento agradecida del trato recibido por la humanidad que desprendéis. Y en medio de todo este cariño recibido, nació mi hija Mónica, el 31 de mayo de 2020.

La paciente de la 204.2