Opinión
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  • PASCUAL ASCASO

Los de guante blanco e ingeniería contable también caen

Tras la pandemia del coronavirus sale a la luz la otra epidemia. Sí hombre, la de siempre, la del trapicheo del dinero sin escrúpulo alguno haciéndoselo llegar a su bolsillo y que es propio de aquellos que deben estar para dar ejemplo de honradez y lo dan de todo lo contrario, importándoles un pimiento los que no pueden comer. Y para más burla hablan de ética y de moral desde las tribunas oratorias queriéndose hacer pasar por santos cuando son unos auténticos avariciosos. Pero más pronto o más tarde caen en el cepo y es cuando nos damos cuenta de lo que no imaginábamos que eran. Estos personajes siempre han existido, existen y existirán, haciendo bueno aquello de que el que aceite maneja los dedos se unta.

A propósito, ahora la Fiscalía del Tribunal Supremo ha acordado asumir la investigación sobre el presente pago de comisiones en la construcción del AVE a la Meca al comprobar que, presuntamente, una de las personas que podría estar involucrada sería el propio rey emérito Juan Carlos I. A Suiza han mandado una comisión para que investigue: una presunta donación de 65 millones de euros desde una fundación de Panamá llamada Lucum, supuestamente vinculada a Juan Carlos, a una cuenta de su amiga Corinna Larsen.

Tras la pandemia sale a la luz este caso que clama al cielo por aparecer, presuntamente involucrado el nombre del emérito rey de España. "La justicia es igual para todos", dijo en su día el propio Juan Carlos y que es lo que todos pensamos que debe ser. Por lo tanto es ahora en él, como presunto, en quien queremos ver si se cumple tal afirmación. Si así fuese mal panorama tiene a la vista, con la investigación como punto de partida y quizás con la presunta sentencia como punto de llegada.

Suceda lo que suceda, el crédito del emérito va a quedar muy tocado, me supongo, y no sé dónde va a poder meter la cabeza para ocultar su presunto pecado. A esto hay que sumar la vergüenza que me figuro está haciéndole pasar a su propio hijo y el daño causado a la propia monarquía en unos tiempos ya de por sí difíciles para la misma. No faltarán quienes esta situación querrán aprovecharla para darle una vuelta de tuerca a la monarquía. Ya lo verán. Todo esto hará, estimo, que el emérito Juan Carlos pase a la historia con sus luces y sus sombras.

Muy malas han sido las formas para decir adiós a su gallina de oro.