Opinión
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  • RAÚL BENITO

Teletrabajo, una gran oportunidad para Huesca

Un agujero negro es una región del espacio en cuyo interior existe una concentración de masa tan elevada como para generar un campo gravitatorio del que ninguna partícula puede escapar. Es como un aspirador gigante que engulle todo lo que encuentra a su alrededor, incluso la luz.

Los agujeros negros se clasifican por su tamaño en primordiales, estelares y supermasivos, para entendernos: pequeños, medianos y grandes.

Las grandes ciudades, con su enorme poder de atracción, se han convertido en agujeros negros. Atraen inversiones, empleo y personas que aspiran a trabajos especialmente cualificados. Si utilizamos la clasificación astronómica, Zaragoza sería primordial, Madrid, estelar y Silicon Valley, supermasivo.

La pandemia ha puesto sobre el tablero algo que hubiera llegado en cualquier caso, pero lo ha hecho de manera rápida e intensa. El cambio de paradigma está aquí y el talento comenzará a estar más distribuido por todo el mundo como consecuencia del teletrabajo. El mérito no es de la fibra óptica, ni de la presencia masiva de dispositivos electrónicos, ni de las aplicaciones cloud, que son meros facilitadores. El mérito de este cambio acelerado se debe a la pandemia. El teletrabajo pasó, por necesidad, de anecdótico a relevante y tras esta experiencia ya nada será igual.

Decía Darwin: "Las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor al cambio". Huesca tiene una gran oportunidad, si tiene la capacidad de abrazar el cambio. Somos pequeños y eso nos permite conseguir un gran impacto con menos esfuerzo. El teletrabajo ofrece a Huesca dos grandes oportunidades que debemos abordar -enmendando a Gracián- con un kilo de audacia.

Esta nueva forma de trabajo permite la continuidad y establecimiento en Huesca de empresas que requieren talento del que no suele estar disponible en una pequeña ciudad. Permite colaborar con profesionales de todo el mundo que no requieren presencia física para su tarea. Este tipo de profesionales son, de manera creciente, los que más valor aportan en áreas como la ingeniería, diseño, programación, marketing, finanzas, contenidos, consultoría de todo tipo, comercialización y atención de clientes. De manera creciente, la expresión habitual de "no encuentro tal o cual perfil" que sucede en muchas empresas dejará de tener sentido para multitud de puestos de trabajo. El talento que necesitemos lo podremos contratar en Zaragoza, Madrid, Londres o Nueva Delhi sin necesidad de que venga a vivir a Huesca.

¿Qué podemos hacer al respecto en Huesca? Animar espacios de encuentro empresarial que difundan y fomenten esta nueva manera de trabajar y colaborar. El conocimiento de experiencias exitosas anima al resto de empresarios a explorar. Aquí tienen mucho que hacer las entidades empresariales y nuestras instituciones.

La otra gran oportunidad para Huesca es convertirse en un buen lugar desde el que trabajar para el resto del mundo. Durante estos meses, he pensado mucho al respecto animado por mi buen amigo Alberto Ibor, ingeniero oscense que trabaja en una gran empresa madrileña y que teletrabaja desde Huesca. Alberto convence cuando explica que la covid-19 y nuestro Gobierno le han brindado la oportunidad, que en su caso ha venido para quedarse, de cumplir al mismo tiempo tres de sus sueños: trabajar como ingeniero en una gran empresa, hacerlo en proyectos interesantes y ¡vivir en Huesca!

Cada vez más trabajadores muy cualificados tendrán ante sí un dilema: trabajar en una gran ciudad, cobrar un buen sueldo, vivir a una distancia que permita asistir a la oficina cada día y, lógicamente, pagar un alto coste de vida, o cobrar un buen sueldo, aunque sea algo menor, y trabajar desde donde quieran. En ese "trabajar desde donde quieran" está la gran oportunidad para nuestra ciudad. Además, es una triple oportunidad, pues permite que no se vayan más, que regresen algunos y que vengan nuevos oscenses.

Estos potenciales teletrabajadores oscenses tendrán proyectos personales diversos, aunque con muchos elementos en común. Una excelente y robusta conectividad ha dejado de ser una ventaja, simplemente es un requisito básico. Nos demandarán algunas cosas que tenemos: una ciudad amable, sin metro, ni atascos, con personas agradables que compensen la soledad del teletrabajador y un entorno urbano que esté próximo a espacios naturales atractivos. También demandarán algunas cosas que hay que mejorar: buenas comunicaciones con Zaragoza, Barcelona y Madrid, buena sanidad y buena educación para sus hijos. Cuando hablamos de sanidad y educación, no debemos olvidar que, para ser atractivos para trabajadores de buen nivel de renta, debemos tener buena oferta estatalizada y privada, y en ambos campos hay mucho que hacer. Por último, nos demandarán viviendas atractivas y esta es una de nuestras grandes asignaturas pendientes, pues la oferta disponible es escasa, cara, inadecuada, con poca variedad y poco atractivo.

El teletrabajo es una herramienta muy poderosa que puede cambiar nuestra historia: programadores para Silicon Valley, Madrid, Barcelona o Zaragoza, pero desde Huesca.

Estos teletrabajadores tendrían un importante impacto económico en la ciudad, ya que su dinero llegaría desde fuera, pero se gastaría en Huesca y su entorno. Además, una buena concentración de profesionales cualificados aumentaría el atractivo de la ciudad para el establecimiento de nuevas empresas y el desarrollo de las existentes.

Lógicamente, en este proceso, la generación de riqueza y oportunidades estarán condicionadas por el marco regulatorio. Sospecho que nuestros burócratas y políticos irán por el camino empobrecedor de la regulación asfixiante, liberticida y rancia evitando la modernización y la confianza en la libertad de las partes para acordar las reglas de su relación. Salvo que alguna luz inesperada ilumine el camino, se optará por el modelo con menos recorrido de creación de empleo, bienestar y riqueza.

En este momento, algunos países y muchas ciudades están trabajando en sus estrategias para atraer teletrabajadores de todo el mundo. Nuestra sociedad civil e instituciones, especialmente nuestro Ayuntamiento, deben definir una estrategia y actuar. Algunas acciones son sencillas y otras complejas, pero todas son posibles.

Si la escritora Sarah Ban Breathnach fuera oscense, ante esta situación diría: "Huesca necesita soñadores y Huesca necesita hacedores. Pero, sobre todo, Huesca necesita soñadores que hacen".

RAÚL BENITO

Empresario

Vicepresidente del Foro Huesca Excelente