Opinión
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  • Diario del Altoaragón

La ignorancia en medio de la confusión

Asegura Irene Vallejo en El Infinito en un Junco que los libros han sido nuestros aliados en una guerra que no registran los manuales de historia, porque preservan nuestras creaciones más valiosas: las palabras como soplo de aire, las ficciones para dar sentido al caos y los conocimientos verdaderos, falsos y siempre provisionales que arañamos en la roca dura de nuestra ignorancia. Ilustra esta expresión certera la ceremonia de la confusión en la que nos encontramos inmersos en estos borrascosos tiempos en los que los vientos y los temporales destructivos arrasan las convicciones, dificultan la visión y motivan a los practicantes de la estulticia. Más inquietantes, estos últimos, cuando tienen un peso sobre la opinión de una sociedad que no puede dejarse arrollar por la corriente de incoherencia y de levedad intelectual que inunda tribunas públicas.

La vivencia en la inopia de quienes renuncian a la responsabilidad que les competen por los puestos a los que han sido elevados -en tantos y tanto casos sin concurso de meritocracia alguna, y en no pocos por el insano desuso de la lectura desde el preciso instante de la obtención de un título- repercute muy negativamente en el espíritu de quienes padecen sus consecuencias e, incluso, en su propio pecunio para la supervivencia económica. El grado de frivolidad de algunos oradores y de muchos medios de comunicación simplificando los rebrotes de nuestra provincia, en un agravio respecto a otras tierras con circunstancias similares, cercena el porvenir próximo de nuestro sostén turístico y, por extensión, de la actividad en tantos y tantos sectores. Identificar gráficamente el teatro Olimpia o el embalse da Lanuza con las comarcas implicadas en la proporcionada decisión gubernamental y calificar a "Caspe (Huesca)" como la cuarta provincia atenta contra la luz, la razón y la inteligencia.