Fiasco

La campaña cara a las presidenciales estadounidenses a celebrar el próximo noviembre, parece estar en el momento actual llena de obstáculos para el presente inquilino de la Casa Blanca.

Porque, conforme a la opinión de los expertos del otro lado del Atlántico, la noche de este último fin de semana en el que se produjo su reingreso al ruedo electoral para prorrogar su mandato cuatro años más y donde presumiblemente iba a ser una fiesta abarrotada de simpatizantes en un monumental estadio, acabó siendo un auténtico fiasco, con cantidad de asientos vacíos para el desespero de los republicanos.

Claro está que -entre otras- el triste récord mundial alcanzado por aquellos lares -tanto de contagiados como de fallecidos- le ha pasado factura, al igual que sus últimas e insólitas manifestaciones racistas, sus habituales insultos a la prensa, el aumento del paro, y la caída de la economía de su poderosa nación.

Y es que la incertidumbre en la ciudadanía norteamericana sobre lo que viene va en aumento cada día que pasa, así que, o bien se pone las pilas y cambia drásticamente sus estrategias actuales en estos apenas cuatro meses y medio que quedan ya, o bien tendrá que entregarle irremisiblemente las llaves a su rival demócrata.