Opinión
Por
  • Diario del Altoaragón

Economía-salud, una dicotomía falaz

Una de las mayores falacias de todo este proceso que nos tiene ocupados y preocupados desde mediados de marzo -quizás demasiado tarde- es la dicotomía entre economía y salud. Es cierto que el confinamiento y el primer cierre de todas las actividades empresariales no esenciales obedeció a una exigencia máxima, a la imposibilidad de admitir el más mínimo riesgo, a la carencia de medios de protección suficientes como para garantizar que los trabajos se pudieran desempeñar con todas las garantías que reclama el sentido común y la ley de prevención.

Y, sin embargo, en una parte del imaginario popular se ha creado una falsa dicotomía entre la economía y la salud, como si no fueran compatibles, que no sólo lo son sino que, además, con complementarias imprescindiblemente. La sanidad juega a favor del trabajo y la empresa tiene un papel crucial para asegurar el bienestar de los ciudadanos. En nuestro diario, Francisco Javier Falo aludía ayer certeramente a la preocupación por los brotes pero agregaba la certeza de que hoy estamos mucho mejor preparados, sin tantas urgencias, con mayor dotación y, algo básico, con conocimiento tanto en el sistema sanitario como en la ciudadanía.

En el momento del final del estado de alarma, aludíamos aquí a la falta de un manual de instrucciones precisas sobre el comportamiento, habida cuenta los zigzagueos de las organizaciones internacionales y nacionales. Hoy debemos ser exigentes al respecto. Más allá de las conveniencias ante determinados procesos electorales autonómicos, los buenos estadistas deben ofrecer pautas certeras y coherentes a los ciudadanos para ratificar que, efectivamente, en la mano de todos está evitar las sombras de la pesadilla como las que ahora invaden el Segrià. Y seguir trabajando.

Diario del AltoAragón